jueves, 28 de febrero de 2008

Reseña: "Español de América, español del Perú: sobre normas y tradiciones discursivas" de Carlos Garatea Grau

Por: Laura Arroyo Gárate

En este texto, Carlos Garatea [1] aborda dos temas. Por un lado la problemática de las normas lingüísticas en el español de América (sobre todo en el caso peruano) y, por otro, la historia del español andino (siglos XVI y XVII). El texto hace precisiones respecto a ambos temas y logra transmitir, mediante diversos ejemplos, la idea de la complejidad lingüística en nuestro territorio.

El autor menciona cómo en las distintas variedades utilizadas en diversos lugares, se asienta la conciencia identitaria del grupo que la utiliza. Esta conciencia no solo refiere el sentimiento de pertenencia social, sino a la vez una serie de juicios y valores respecto de usos lingüísticos concretos.

Una definición interesante en este texto es el de “variedades mestizas”; con este término, el autor se refiere a aquellas variedades que surgen como producto del contacto del español con las lenguas indígenas. Este contacto ocasiona el “español americano” que refiere a una pluralidad de variedades.

Este aspecto es muy importante puesto que el autor afirmará que la situación del español responde a una cultura lingüística pluricéntrica. Esta es la razón por la cual un patrón normativo que es igualmente válido para todos los hablantes de esa lengua o alguna variedad regional sea inexistente.

Otro punto importante en el texto es el que se refiere al factor educativo. El autor considera que la pobreza educativa se puede evidenciar en una deficiente preparación para elaborar discursos escritos: “si la lengua estándar se consolida sobre todo en la escritura, este contexto hace que ella no cumpla la función referencial y unificadora de los usos que idealmente se le atribuyen”.

¿Por qué esta idea resulta importante?
Resulta importante puesto que se desprende de la cita anterior que la percepción y reflexión metalingüística de los hablantes se encuentra orientada por criterios que se adquirieron en sus experiencias comunicativas.

Ahora bien, al respecto podrían aún discutirse puesto que habría que evaluar hasta qué punto sin el factor escritural, la lengua no puede pensarse (reflexión metalingüística) también de modo abstracto y no basándose solo en las experiencias. Pero dicha discusión podemos abordarla en otro momento.

Lo que sí resulta interesante es, sin duda, la apreciación respecto a los usos “incorrectos” de la lengua; percepción que institucionaliza las relaciones asimétricas y afectan la conciencia identitaria del grupo que utilice las variedades consideradas “incorrectas” por los grupos de poder. Para explicar mejor el caso, el autor menciona varios ejemplos referidos al español andino.

Es más, ya que las migraciones son un fenómeno de nuestro tiempo, debemos tener presente que el español de Lima es una síntesis del español del Perú. Esta es otra idea central en el texto de Garatea.

Finalmente, se entra al tema de las tradiciones discursivas, definidas como moldes histórico-normativos establecidos socialmente y respetados en la producción de un discurso oral o escrito. En ese sentido, toda tradición discursiva es tradición cultural y por ello pueden ser delimitadas en el tiempo.

Para analizar el caso peruano y americano, el autor se vale de ejemplos utilizados en textos de Rivarola. De este modo afirma que el carácter histórico de las tradiciones constata como ellas normaron la producción y discursos escritos en América; y como junto a fenómenos surgidos por la situación de contacto entre el español y las lenguas indígenas se mantuvieron usos y funciones particulares.

Este texto resulta bastante interesante puesto que trata el tema de variedades (que hemos visto con anterioridad en este blog) y las delimita al campo americano y peruano. Resulta una realidad conocida para muchos de nosotros quienes no debemos dejar de notar que utilizamos variedades distintas a la hora de expresarnos, lo cual desde luego, no implica la jerarquización de una sobre otras. Este texto contribuye con esa idea, lo recomendamos.
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[1] GARATEA GRAU, Carlos. Español de América, español del Perú: sobre normas y tradiciones discursivas
En: Lexis (Revista de Lingüística y Literatura) -- Vol. 28, no. 1-2 (2004) p. 397-428

lunes, 18 de febrero de 2008

Simposio: La influencia de las lenguas indígenas en el español hablado en el Perú


El Convenio Universitat de València-Universidad Ricardo Palma, la Cátedra UNESCO para la Lectura y la Escritura en América Latina (Sede Perú), la Academia Peruana de la Lengua, CILA (UNMSM) e INVEL (UNMSM) organizan el Simposio La Influencia de las Lenguas Indígenas en el Español hablado en el Perú, que se llevará a cabo entre el 28 de Febrero y el 1º de Marzo del 2008.

En éstas últimas décadas han aumentado exponencialmente las investigaciones sobre las lenguas indígenas peruanas y esto ha llevado a muchos estudiosos a tener un mejor conocimiento de estos idiomas y así ver con mayor claridad como se han desarrollado sus relaciones con la lengua introducida por los europeos: el español.

Se hace ahora evidente, que el castellano que hablamos tiene una fuerte impronta de nuestras lenguas vernáculas y el propósito de esta reunión científica es poner en evidencia estas influencias y discutirlas para tener un panorama más claro del asunto.

Lugar: Auditorio Ccori Wasi.

Centro Cultural de la Universidad Ricardo Palma. Av. Arequipa 5198 (Miraflores)
[POR CONFIRMAR]
Días: 28-29 de Febrero y 1º de Marzo.
Horario: 10 - 13/15 - 19
INGRESO LIBRE
Previa inscripción en los correos electrónicos: vcongresolinguistico2007@yahoo.es o foroensenanzaespanol@urp.edu.pe
De acuerdo a la capacidad del auditorio se entregarán certificados de asistencia a quienes lo soliciten.

(Texto tomado de la página web de la Universidad Ricardo Palma www.urp.edu.pe )

jueves, 14 de febrero de 2008

Editorial 14 de febrero de 2007

¡Hola amigos de im.verbe!

Aunque esta semana no publicaremos un artículo, la próxima semana estaremos cerrando el tema de variedades con un texto que intentará enlazarlo con el siguiente tema: Estándar, Variedades y Normativa.

Este artículo, a diferencia de los anteriores, tiene la intención de abrir el tema directamente a la discusión, por lo cual esperamos que sus comentarios ayuden a la elaboración de un foro en el cual podamos tratar el tema desde la perspectiva de todos. Sin duda se trata de un tema sobre el cual todos tenemos algo que decir.

Aprovecho, también, para agradecer a todos, ya que esta semana hemos llegado a las 10 mil visitas.

¡Gracias por su apoyo!

Saludos,


Lucho Hildebrandt – Comité Editorial
Agrupación 6minutos

jueves, 7 de febrero de 2008

Variación situacional

por: Laura Arroyo Gárate

Como hemos podido leer en otros textos presentados en este espacio, el aspecto variacional de la lengua resulta sin duda importante a la hora de entablar relaciones entre los hablantes. Del mismo modo, este aspecto resulta ilustrativo respecto de las motivaciones que subyacen a las concepciones de “correcto” o “incorrecto” uso de la lengua de que se trate.

Hemos leído acerca de variación geográfica y variación social, y ya con ello podemos notar que el asunto de las variedades de la lengua pasa por muchas más variables que las que parecen evidentes u obvias. En ese sentido, también comprendemos que el asunto del lenguaje en general resulta complejo, pero para presentar el panorama de la manera más completa posible hace falta considerar otro tipo de variación: variación situacional.

El nombre ayuda a comprender qué variables constituyen esta variación: las situaciones. La pregunta ahora podría ser ¿a qué situaciones nos referimos? Y con riesgo de sonar exagerados habría que responder que a todas.

Cuando uno conversa con tal o cual persona adopta ciertas formas que considera adecuadas en el trato. Ello no ocurre de manera voluntaria, necesariamente, ya que en ocasiones se eligen determinadas formas como parte de una reacción que puede obedecer tanto a la costumbre como a otras motivaciones.

Ello se ve reflejado también en el lenguaje. Así como ciertas formas son elegidas a la hora de tratar con tal o cual persona, la “variedad situacional” de la que uno hace uso en determinada circunstancia responde a formas en el uso del lenguaje, por decirlo de alguna manera.

Para ponerlo un poco más claro basta enunciar algunos ejemplos. Si estoy caminando por la calle y me encuentro con un amigo de la universidad, la manera en la que hable con él será ciertamente distinta de la que utilizaré si me encuentro con mi potencial suegra. Del mismo modo, si estoy conversando en una reunión de amigos un sábado por la noche, el lenguaje que utilice será uno distinto al que utilizaré si me encontrara, sabrá dios por qué, en una cena con el Presidente de la República. Y toco madera.

Ello nos parece evidente cuando lo pensamos en ejemplos, sin embargo muchas veces no nos damos cuenta de estas diferencias.

Ahora bien, quisiera hacer alusión a un aspecto relacionado. De hecho, podría pensarse que esta variación situacional se circunscribe al ámbito oral. En realidad, habría que preguntarse si no se encuentran estas diferencias en otros terrenos.

Una carta que le envíe al Rector de mi universidad no se encontrará escrita de la misma manera que un correo electrónico que envíe a mis “patas” para ir a “tonear” el jueves. De hecho, no creo que incluya “patas” o “tonear” en una carta dirigida al Rector. Ello, al margen del hecho de que se incluya en textos formales como el mencionado en el ejemplo, algunas frases hechas o tradiciones discursivas que obedecen al estilo del texto en cuestión, como por ejemplo “de mi más alta consideración”, “se despide atentamente”, etc.

Ahora bien, cabe también hacer mención a una cuestión que hemos enunciado en el párrafo anterior: registros. Si seguimos con el ejemplo anterior notaremos que la razón por la cual la carta enviada al Rector y el correo enviado a mis “patas” manejan registros distintos no es solo porque se me ocurre que “suena más bonito”, sino porque obedece a aspectos de formalidad e informalidad.

Los registros de formalidad se alejan de la cercanía con el interlocutor y la interacción con el mismo. Los registros informales, al contrario, son utilizados en contextos en los cuales hay cercanía con quien interactuamos y, por otro lado, la situación de que se trate nos resulta más familiar, además del hecho de que se acercan al terreno de la oralidad, mientras que el registro formal se aleja del mismo.

El caso de los correos electrónicos, por ejemplo, resulta ilustrativo respecto del carácter oral que cobran documentos escritos. Ese es el caso del Messenger o cualquier forma de Chat, en el cual la comunicación se hace vía escrita, pero marcada fuertemente por características orales (coloquialidad, informalidad e incluso utilización de herramientas como los emoticones).

Sin embargo, ello podría tratarse largamente en otro texto. Por lo pronto quedémonos con la idea de “variación situacional” como la forma de uso del lenguaje utilizada en función de la circunstancia en la cual se encuentre el individuo. Ello, como podemos notar, indica la conciencia del hablante en su uso del lenguaje. No se trata de un ser pasivo que actúa según reglas, sino de un ser activo que las utiliza para sus fines.