martes, 30 de octubre de 2007

Editorial

¡Hola a todos!

Primero que nada, quisiera pedirles disculpas a nombre de todo el comité editorial ya que durante la semana pasada no publicamos ningún artículo, a pesar de que nuestro blog hace publicaciones semanales. Esto se debió a un problema, externo a la esfera bloguistica, que nos impidió ocuparnos de im.verbe.

En segundo lugar, quería mencionarles que, durante las últimas semanas, hemos seguido recibiendo comentarios en el Pronunciamiento, lo cual nos hace sentir que nuestro esfuerzo realmente ha valido la pena, ya que a pesar de que ha pasado más de un mes desde que lo hicimos, la gente aún se interesa por el tema y lo que planteamos en torno a este, por tanto, el tema no ha perdido vigencia.

Esperamos que sigan apoyándonos y dándonos sus comentarios al respecto, puesto que poco a poco se pueden lograr los cambios. Esperemos que el tema siga en discusión y que en algún momento se logre conciliar alguna solución pertinente para este problema que afecta a todo el Perú.

Gracias a todos,
Saludos,

Lucho Hildebrandt - Comité editorial
agrupación 6minutos

sábado, 20 de octubre de 2007

Colaboraciones

Las opiniones vertidas en los artículos son de propiedad del redactor y no son necesariamente compartidas por el comité editorial.

Quechua Huanca: La historia de don Eliseo
Textos tan conmovedores como este me llenan de entusiasmo y de cierta impotencia:
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Remembranzas[1]

Nací un día veinte del mes de enero de 1930, en el barrio de Qasana del pueblo de Chupaca. Toda mi familia es campesina: todos nosotros trabajábamos en la chacra y pasteábamos vacas. Éramos criados: servíamos a una familia. Pertenecíamos a quienes eran tildados de “indio carajo”. Es que mi padre era peón. Poco a poco, lentamente, mi padre, con la ayuda de mi madre, logró levantarse: se convirtió en propietario de ganado vacuno y de sementeras. Todo ello, por cierto, con el esfuerzo de mis padres, hermanas y hermanos. Al final, mis padres nos dejaron a todos con cierta comodidad.

A veces con pena, y otras con alegría, recuerdo mi infancia. De niño solía jugar con mis amigos en los alrededores de mi casa: cogíamos renacuajos, nos bañábamos en las pozas, nos lanzábamos barro. Tiroteando a los pájaros, agarrando sapos, solía caminar con los camaradas. Descalzos con los pies cuarteados, ensangrentado, a tropezones, andábamos apurados por los cerros, en el río, cogiendo peces, trepando árboles canturreando, guapeando. ¡Qué no habríamos hecho nosotros!

Siguiéndole a mi hermano fui a la escuela de Juan Castro. Cuando tenía ocho años mi padre me matriculó en ella. Allí aprendí a leer y escribir. Entré a la escuela estrenando ropa nueva; caminaba a tropezones con mis zapatos nuevos. Como no hablaba bien el castellano, no podía entender lo que decía el maestro. Por eso no podía aprender, nada quedaba en mi cabeza. Mi maestro solía azotarme, me hacía arrodillar; incluso recibí palmetazos en la mano. Por todas cosas andaba muy avergonzado, al no saber bien el castellano. Sufriendo lo indecible aprendía a hablar esta lengua. ¡He aquí que hasta ahora no consigo pronunciar bien mi castellano!

Luego, una vez salido de la escuela, ya adolescente, me fui a Huánuco con un grupo numeroso de paisanos, al Seminario de San Teodoro. Como yo era el finigénito, mis padres querían que fuese cura. Luego pasé al Seminario de Santo Toribio en Lima. Posteriormente viajé a Arequipa. A los doce años me había ido a Huánuco y egresé de Arequipa. Estudié filosofía y teología; incluso así llegué a ser cura.

Luego regresé a mi tierra. Toda mi familia estaba profundamente apenada por haberme retirado del Seminario. Como dije, ellos querían que fuera sacerdote. Por eso, recordando los sufrimientos de mis padres, hasta ahora lloro.

Cuando tenía veintisiete años ingresé a la Universidad Católica. Allí me formé para profesor. Estudié cincos años y me recibí de docente. Ya cuando estaba maduro pensé en casarme. Había conocido muchachas tanto en Huancayo como en Lima, pero no habían sido para mí. En eso me carteaba con una muchacha brasileña por espacio de cuatro años. Y luego, yendo a su país, nos vimos en persona. Después vino ella a Lima, para que nos casáramos. ¡Sin pensar me casé con una brasileña!

Ya casado, proseguí mis estudios por dos años más para doctorarme. Me doctoré en pedagogía y filosofía. Toda mi familia me ayudó cuando estuve en el Seminario. Incluso cuando estudié en la Universidad recibí la ayuda de ellos, pero entonces los gastos no eran tan altos.

Luego de titularme como profesor, trabajé en escuelas y colegios, tanto diurnos como nocturnos, de manera que pudiera mantener a mi mujer y mis hijos. Después enseñé también en la Universidad Católica por espacio de trece años. Ahora trabajo en la Universidad Femenina; actualmente soy decano de su Facultad de Traducción.

Mis padres fueron también chupaquinos. Ya se murieron. Mi padre hablaba quechua y castellano también. Mi madre, por el contrario, sólo hablaba quechua. ¡Ella era una excelente mujer, muy hacendosa! Ambos eran pobres. Me acuerdo de cuando ahorraban dinero; no me olvido de sus padecimientos. ¡Seguramente podría escribir un libro, acerca de sus sacrificios! Ahora, todos nosotros (los hijos) tenemos siquiera algo. Y es que mi padre nos enseñó a hacer bien las cosas. Con el trabajo esmerado siempre es posible conseguirlo todo. Mis padres solían odiar a muerte a los ladrones, ociosos y mentirosos.

La gente del valle era muy laboriosa, y solía expresarse estupendamente en nuestro quechua. Ahora ya no es así. Ahora se avergüenzan de ser campesinos, de hablar quechua. Incluso quisieran desconocer a sus padres. ¡De dónde les vendrá esa maldita vergüenza! Los mozos y las mozas ya no quieren hablar el quechua; todos se avergüenzan de él: dicen que es el “habla de los indios”. Para ser gente -dicen- deberíamos hablar castellano, inglés o cualquier otra lengua. ¡Sólo así somos gente!, dicen. De igual manera ya no gustan de nuestra comida tradicional, de nuestras canciones, bailes y de todo aquello que forma parte de nuestra cultura. Ya no vemos ni el poncho, ni el cotón ni las ojotas. Hay quienes ni siquiera quieren llevar el apellido de sus padres. ¡Seguramente tienen la cabeza curada!

Por todo ello, mis queridos compoblanos, yo quisiera pedirles lo siguiente: estudien lo que fuere, vayan donde quieran, sean lo que sean, pero no olvidemos a nuestros padres ni reneguemos de su lengua. No despreciemos nuestro pueblo ni echemos a perder su cultura ni las enseñanzas de nuestros padres. Que prevalezcan la lengua y cultura de nuestros pueblos. Los que tenemos preparación no debemos permanecer como espectadores asistiendo a la extinción de nuestro legado cultural. Seamos como los quinguales, como los quíshuares, siempre erguidos ante la tormenta. Después de todo, los huancas son temerarios; no conocen el amedrentamiento.
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Tomar las armas

Este es el testimonio del Dr. Eliseo Salvatierra Jiménez, colaborador en el taller de Trabajo de Campo dictado por Rodolfo Cerrón-Palomino. Yo asisto a este taller y lo disfruto mucho. Al momento de leer este texto, apenas había conversado con el señor Eliseo un par de veces. Sólo supe que era un texto escrito por él cuando lo terminé, cuando mi corazón latía fuerte y mi mirada se perdía debido a una nostalgia ajena. Acababa de leer uno de los testimonios más sinceros y conmovedores de un hablante de quechua.

En la clase de aquel día, no podía dejar de tener la impresión de que don Eliseo encarnaba el derrotero vital de una lengua en desventaja: él se confundía muchas veces al elegir ciertas palabras; uno tenía que hablarle de manera pausada y en voz alta; olvidaba detalles sobre el significado de los términos y colocaba en su lugar otros ajenos al dialecto estudiado. Don Eliseo se sentía presionado por darnos la mejor información posible, respondía a nuestras dudas y nos decía si habíamos pronunciado correctamente las oraciones. Luchaba contra sí mismo, contra su memoria. Se ponía la mano en las sienes y, cuando se daba por vencido, decía resignadamente: ‘no me acuerdo’.

No digo aquí que el señor Eliseo sea una metáfora del desarrollo del quechua huanca. Pero tampoco puedo obviar que una lengua la constituyen sus hablantes. Muchas veces entro a clases pensando si lo que hacen los académicos no favorece una actitud fetichista hacia cualquier idioma, una actitud de ‘lenguas sí, hablantes no’ de la que hablaba Virginia Zavala. ¿Acaso no es más acuciante en nuestro país salvar las diferencias socioeconómicas antes que los problemas de corte lingüístico? No quiero quitar mérito al trabajo de los lingüistas (o el de los prospectos de lingüistas como yo), pero no se puede consentir creer que la lengua vale por sí misma.

La lengua es una herramienta cultural, de poder, de comunicación, de expresión artística, una puerta al funcionamiento de la mente, un medidor de nuestra situación histórica, política y social. Mi opinión puede sonar contradictoria viniendo de quien viene. Pero es mi opinión, no necesariamente la del resto. Veo al señor Eliseo y siento que su heroica postura con respecto al quechua es admirable. Pero no puede desligarse de la situación de paria en la que viven sus hablantes. Veo al señor Eliseo y siento que él nos incita a pensar en la situación del indígena y no tanto en su idioma.

Un lingüista no debe olvidar que su trabajo es un punto de partida hacia algo más grande. Lo digo porque siento cierto narcisismo en el regodeo intelectual de algunos humanistas. ¿De qué vale tener una impecable gramática ‘de salón’ si es que no se aplica para situaciones reales? ¿Podemos ser neutrales políticamente en un país donde se ampara la desaparición de las lenguas? ¿Qué espera el país de nosotros? ¿Un conocimiento infértil o uno que sea el motor de cambios sociales a gran escala?

El lingüista, como todo humanista, no puede ignorar estas preguntas, ya que los recursos que se emplean en la educación de una élite intelectual deben ser restituidos en cierta medida por el trabajo de sus nuevos miembros. Aquí no hablo de restitución ‘en metálico’, sino de ‘capital humano’. Uno no se sirve de la Ciencia bajo las ‘leyes del supermercado’, tomar lo que quiera, pagarlo e ir a casa. No lo creo. Uno se aproxima a la Ciencia para comprenderla y hacerla mejor. Este esfuerzo acumulativo y reflexivo es una de sus características más singulares. De esa misma forma, el lingüista debe acercarse a la Lingüística para hacerla mejor y, simultáneamente, hacer mejor a la comunidad de hombres para la que trabaja.

Estas palabras pueden sonar muy idealistas, pero es la forma como se manejan las cosas en los medios académicos. No empezaron a existir en el momento en que las dije. Estas ideas siempre estuvieron allí. El gran problema radica en internalizar el peso de esta enorme responsabilidad en los jóvenes. ¿Cómo luchar contra toda una corriente liberal de pensamiento que deja a las humanidades en un sitio accesorio? ¿Cómo hacer para dejar de pensar en términos económicos asuntos que son de corte humanista?

Tal vez, es una de las preguntas más difíciles de responder. Una vez resuelto este desfase podremos hacer de nuestras herramientas de trabajo auténticas armas de batalla.
[2]
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[1] Cerrón-Palomino, Rodolfo. Lengua y sociedad en el valle del Mantaro. IEP. Lima. 1989. Pag. 128-130.

[2] Textos publicados inicialmente en el blog GALLETATUERTA en los siguientes links:


jueves, 18 de octubre de 2007

Eventos

Seminario de cosmovisión y lingüística
Por: Paloma Pinillos

Esta semana comenzó el Seminario de Lingüística 2007- II en la Universidad Ricardo Palma (URP). Este está siendo presentado por la URP y el Diplomado “Curso Internacional de Lingüística, Traducción y Alfabetización” (CILTA), teniendo como tema central “cosmovisión y lingüística”.

Este seminario tendrá renombrados participantes nacionales como extranjeros, los cuales abordaran temas que interrelacionen la lingüística con concepciones del mundo, la cultura y la educación.

El lunes 15 de octubre se dio el inicio de la conferencia con el Dr. Wes Collins del Instituto Lingüístico de Verano (Ohio State University) con el tema: “El centro como un tema cultural y lingüístico entre los maya”. En el cual se discutió sobre la relación entre lengua y cultura a través de datos recopilados entre los maya-mam de Guatemala.
Estas conferencias continuarán hasta lunes 05 de noviembre en Auditorio Cervantes de la Facultad de Humanidades y Lenguas Modernas de la Universidad Ricardo Palma (Av. Benavides 5440, Surco).

Programa:

Viernes 19 de octubre: Mario Mejía
Tema: “La concepción andina del mundo y la traducción”
Lunes 22 de octubre: Dr. David Weber
Tema: “Lo que las relaciones causa-efecto paracientíficas nos enseñan sobre la cosmovisión quechua”
Martes 30 de octubre: Dr. David Foris
Tema: “La leyenda del sol y la luna y la concordancia para animalidad en el chinanteco de Sochiapam, México”
Lunes 05 de noviembre: Marlene Buenahora y Wilson Largo
Tema: “Cosmovisión y educación. Una perspectiva desde la etnia yukpa en Colombia”
Hora: 7:00 p.m.
Entrada Libre

Se entregarán certificados de participación (S/.10)
Mayores informes: coordinador_cilta@sil.org Telf.: 271-6370

martes, 16 de octubre de 2007

Editorial 16 de octubre de 2007

¡Hola a todos!

Quiero empezar agradeciendo a todos por su continuo apoyo y por sus comentarios.

Hemos empezado una nueva semana en Im.verbe con el Blog Action Day y por ese motivo publicamos, el lunes 15, un artículo relacionando la Lingüística con el medio ambiente, escrito por Geraldo Flores y que trata el tema del discurso aplicado al conflicto socioambiental en la Oroya. Los invitamos a leerlo, es un punto de vista muy interesante.

Además, esta semana fueron publicados dos artículos muy interesantes en Punto Edu, el periódico semanal de la PUCP. El primero, escrito por Diego Fernandez-Stoll, egresado de la especialidad de Lingüística de la PUCP, trata sobre la problemática de la coexistencia de lenguas en nuestro país. El segundo, es una pequeña entrevista al profesor Rodolfo Cerrón-Palomino, acerca de la labor del lingüista en la sociedad. Podrán encontrar ambos artículos aquí, en su versión electrónica en .pdf.

Por último, aprovecho para informarles que hemos cambiado el correo de contacto que se encuentra en el lado izquierdo del blog, con el fin tener un mejor acceso a sus inquietudes o colaboraciones.

¡Saludos!

Lucho Hildebrandt - Comité editorial
Agrupación 6minutos

lunes, 15 de octubre de 2007

BLOG ACTION DAY

Las opiniones vertidas en los artículos son de propiedad del redactor y no son necesariamente compartidas por el comité editorial.


Sobre el análisis crítico del discurso, ideologías y un conflicto socioambiental
Por: Geraldo Flores

Cuando leí por primera vez la página del Blog Action Day, pensé inmediatamente en cómo conectar un tema como el medio ambiente con la Lingüística; la vinculación no fue sencilla, ya que ambos campos abarcan aspectos bastante disímiles de la realidad; sin embargo, por una coincidencia, estoy escribiendo un pequeño trabajo sobre el conflicto socio-ambiental que se dio en la ciudad de La Oroya entre los años 2004-2006 (y que acusa sus efectos hasta el día de hoy). En el Perú, en los últimos años, se han originado conflictos en algunos lugares donde hay minas o centros metalúrgicos. Dichos conflictos han originado posicionamientos ideológicos sobre si se debe preferir la actividad minera y sus réditos económicos para las empresas y para la población dependiente de ellas o, en todo caso, se debe velar por la preservación del medio ambiente.

En el caso de La Oroya, estos posicionamientos crearon un clima de tensión y la población, en general, tenía la perspectiva de que ambos temas eran irreconciliables, pues si se prefería la conservación ambiental, se podría haber visto afectada la actividad metalúrgica y, con ella, la economía del lugar. Por otro lado, ustedes se preguntarán ¿qué relación puede tener un conflicto como este y el tema del blog? La respuesta es que para abordar las ideologías que se encuentran en aquello que ha sido afirmado por los actores sociales en esta ciudad se hace necesario usar un método que se denomina análisis crítico del discurso, ya que el discurso es visto, dentro de este tipo de enfoque, como el conjunto de creencias y valoraciones sociales que se evidencian mediante un conjunto concreto de enunciados. Teun van Dijk, propulsor de esta manera de abordar el discurso, afirma lo siguiente respecto a este modelo de investigación: «Considero que es mucho más importante analizar problemas, como el racismo, la desigualdad, el gobierno y la autoridad, las ideologías; problemas que pueden parecer muy pragmáticos pero que son igualmente teóricos. Ahora bien, el objetivo central del Análisis Crítico del Discurso es saber cómo el discurso contribuye a la reproducción de la desigualdad y la injusticia social determinando quiénes tienen acceso a estructuras discursivas y de comunicación aceptables y legitimadas por la sociedad.»[1] El ACD, entonces, está inserto dentro del campo de la sociolingüística y tiene especial relevancia en los procesos sociales en los que estamos inmersos.

A la vez, es necesario encontrar discursos que se puedan abordar de esta manera; en ese sentido, el trabajo al que aludí líneas atrás se basa en un conjunto de volantes que expresan determinadas valoraciones y posiciones conflictivas respecto de las ONG ambientalistas. Por ejemplo, uno de esos volantes afirma lo siguiente: «En consecuencia todos los trabajadores y nuestros familiares rechazamos a los enemigos de la clase trabajadora que a lo largo y ancho de nuestro país se han afincado con el pretexto ambiental.»[2] Se puede notar haciendo un análisis de este pequeño fragmento una postura ideológica que genera un enfrentamiento social, pues se ve a todos aquellos que velen por el ambiente como una suerte de ‘enemigos’. Este volante fue publicado a nombre del Sindicato de Trabajadores Metalúrgicos de La Oroya (STMO) y, de esta manera, es posible observar como se hace una defensa del centro de labores. Tan fuerte es este deseo de conservar el estatus laboral que se subordina el tema ambiental y se presenta como irreconciliable o no concordante con el rédito económico. Esta imagen de las ONG y del arzobispo Pedro Barreto (quien logró que se hiciera un estudio de niveles de plomo en la población de esta ciudad) se extendió por todos aquellos que vieron amenazada sus condiciones laborales, salariales o comerciales. Tanto así que se generaron situaciones de violencia en contra de todos aquellos que estaban vinculados con organizaciones ambientales (Diario La República, 20 de febrero de 2006)[3]. Se nota, entonces, una ideología que está determinando una presión de la población sobre estas organizaciones para que no afecten el medio de sustento de la población. La asignación de la categoría de “irreconciliable” genera que los habitantes de la ciudad se posicionan en contra de uno de los actores sociales y favorezcan al otro, en este caso, la empresa.

De este modo, se puede hacer notar que la relevancia de una metodología de la Lingüística se hace necesaria si se pretende mostrar un estado de conflicto y se quiere proponer soluciones para este tipo de enfrentamientos. Una de ellas sería crear y velar por la vigencia de una mesa de diálogo para generar una comunicación eficiente entre la empresa Doe Run (que es la empresa que tiene sus instalaciones en esta ciudad) y las ONG; por otro lado, también se debe generar los mecanismos adecuados para una comunicación eficiente entre las ONG y los demás actores sociales de La Oroya. Para lograr este objetivo, la intervención de especialistas de distintos campos como el Derecho, la Comunicación para el Desarrollo, la Sociología, la Lingüística, etc. permitirá una caracterización más detallada del problema; asimismo, se podrá, mediante proyectos de desarrollo humano, lograr el beneficio de una situación no conflictiva en una sociedad donde tal situación se hace evidente mediante el discurso de sus actores sociales.
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[1] van Dijk, Teun. Análisis Crítico del Discurso – Discurso, poder y cognición social. Cátedra UNESCO, 13 de enero de 1994
http://www.geocities.com/estudiscurso/vandijk_acd.html
[2] Comunicado Nro. 3 (2005) STMO
[3] Diario "La República" 20 de febrero de 2006

BLOG ACTION DAY

Bloggers Unite - Blog Action Day


Imverbe se une al Blog Action Day. El tema de este año: medioambiente.

sábado, 13 de octubre de 2007

Sobre la práctica letrada y sus efectos

Las opiniones vertidas en los artículos son de propiedad del redactor y no son necesariamente compartidas por el comité editorial.
Por: Geraldo Flores

Hace algunas semanas, Coco Acurio, en su artículo, “Verdades y disparates”, se refería a la falta de contextos letrados para la traducción de la ley de lenguas como un argumento para afirmar que esto constituía un gasto innecesario. Expreso mi acuerdo con tal afirmación y, en el presente artículo, me centraré en las razones por las que este tipo de práctica resultaría tan importante como requisito para realizar dicha traducción.

La práctica letrada consiste en el conjunto de convenciones que comparten los integrantes del conjunto social sobre la funcionalidad de un elemento letrado dentro de la sociedad; este concepto involucra un conjunto de creencias, valoraciones y actitudes que determinan que la práctica letrada esté conformada por distintas prácticas sociales. Por ejemplo, el valor que tiene un libro como vehículo de conocimiento e “iluminador” de las mentes constituye una manera de posicionarse frente al libro, ya que, de esta manera, se está evidenciando lo que el libro representa y no lo que es. Por otro lado, el entorno en el que se da esta práctica se denomina justamente contexto letrado (Vich y Zavala 2004)[1]
.

La referencia a la ausencia de contextos se da porque los hablantes de las lenguas originarias, de manera externa, son obligados a adoptar las costumbres foráneas si quieren sobresalir en esa sociedad; una de esas costumbres justamente es la práctica letrada. En el caso de nuestro país, es claro que esta se da en la lengua castellana, ya que es la lengua oficial de todo el territorio nacional, es la lengua con mayor tradición escritural y es la lengua dominante. En sus comunidades, la lengua amerindia tiene una función mas bien íntima y familiar, y sirve para establecer una interacción más vinculante entre los integrantes de dicho grupo (en otras palabras, esta tiene funciones específicas). En cambio, el castellano tiene una función oficial y formal; representa el nexo con la sociedad peruana en general (tanto así que la pérdida de la lengua se da porque se le va asignando todas las funciones a la lengua dominante, en este caso, el castellano). En ese sentido, la comunidad siente que debe aprender la lengua dominante y debe manejar la escritura que la representa para defenderse de los demás, tal como lo afirma Virginia Zavala sobre la comunidad de Umaca (Apurímac) (Zavala 2002)
[2]. En otros casos, la práctica letrada ha adquirido funcionalidad dentro de las comunidades, pero siempre están asociadas con las valoraciones sobre lo escrito de la sociedad en general. Esto sucede, por ejemplo, en la provincia de Azángaro (Salomon 2004)[3] y Urpipata (De la Piedra 2004)
[4]. La influencia valorativa de lo letrado se da mediante un proceso histórico y se asigna un determinado rol a la representación gráfica por las oportunidades y beneficios que representa.

Sin embargo, los casos en los que esta funcionalidad forma parte de la vida de la comunidad son escasos; son más los casos en los que lo letrado representa una forma de conseguir acceso a oportunidades en la sociedad que exige el dominio de la escritura. En ese sentido, hay una relación de poder entre ambos grupos, pues la práctica letrada posiciona en la sociedad de mejor manera a los grupos que están insertos dentro de la práctica letrada (es decir, le da mayor estatus), mientras que el grupo que no ha tenido acceso a tal práctica resulta relegado y marginado. Un ejemplo de ello es el siguiente fragmento “A sus 103 años, Antonia Paz viuda de Melgar aprendió a leer y a escribir su nombre. […] Esta agradable anciana que vive en el distrito de Villa Hermosa de Majes, en la provincia arequipeña de Caylloma, es todo un ejemplo de perseverancia y deseo de superación, ya que a su edad decidió participar en el Programa Nacional de Movilización por la Alfabetización (Pronama), y con ello salir del mundo de la ignorancia en la que estuvo sumergida por más de un siglo.” (Carlos Zanabria, El Comercio, lunes 10 de setiembre)
[5] Posicionar a alguien en el “mundo de la ignorancia”, por no manejar la escritura da cuenta de la valoración que se hace del manejo de esta herramienta; en este caso, no se toma en cuenta que probablemente la señora Antonia Paz cuenta con conocimiento que, si bien no ha sido formalizado en la escuela, se evidencia por la experiencia de vida que tiene.

Como hemos visto, la funcionalidad de lo letrado se da, en la mayoría de los casos, en la lengua dominante, es decir, el castellano. En ese sentido, es muy poca o casi nula en las lenguas originarias del país, a pesar de los esfuerzos que se han hecho, ya que la representación escritural de estas lenguas ha atravesado diversos problemas desde los conflictos por el alfabeto que se debe usar, la falta de esfuerzos para hacer uso de esos alfabetos en textos, la poca relevancia que tienen, para los hablantes, los textos en estas lenguas (ya que dichas lenguas son utilizadas en ámbitos íntimos donde no se hace necesaria la escritura) hasta la obligación que tienen estos hablantes de manejar la lengua dominante y su representación (lo cual le resta importancia cualquier esfuerzo que se pueda hacer para elaborar textos en lengua indígena).

De este modo, resulta evidente que si esas comunidades no tienen una práctica letrada en su lengua, resultaría inadecuado hacer una traducción que probablemente no se leería; por esta razón, adquiere relevancia la recomendación de Coco Acurio de que estos hablantes tienen que conocer sus derechos, pero que deben acceder a ellos mediante campañas de difusión de otra índole, pues, de lo contrario, no se lograría que ellos accedan a lo que la ley especificaría.
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[1] VICH, Víctor y ZAVALA, Virginia. Oralidad y poder. Herramientas metodológicas. Bogotá: Grupo Editorial Norma, 2004.
[2] ZAVALA, Virginia. Desencuentros con la escritura. Escuela y comunidad en los Andes peruanos. Lima: Red para el desarrollo de las Ciencias Sociales en el Perú, 2002.
[3] SALOMON, Frank. Literacidades vernáculas en la provincia altiplánica de Azángaro. En: Ames, Patricia; Niño-Murcia, Mercedes; y Zavala, Virginia: Escritura y sociedad. Nuevas perspectivas teóricas y etnográficas. Lima: Red para el desarrollo de las Ciencias Sociales en el Perú, 2004. pp. 317-345
[4] DE LA PIEDRA, María Teresa. Oralidad y escritura: el rol de los intermediarios de literacidad en una comunidad quechua-hablante de los Andes peruanos. En: Ames, Patricia; Niño-Murcia, Mercedes; y Zavala, Virginia: Escritura y sociedad. Nuevas perspectivas teóricas y etnográficas. Lima: Red para el desarrollo de las Ciencias Sociales en el Perú, 2004. pp. 367-388
[5] Diario El Comercio (lunes 10 de setiembre)
http://www.elcomercio.com.pe/edicionimpresa/Html/2007-09-07/peru0781243.html

martes, 9 de octubre de 2007

Editorial

Estimados amigos:

Hace poco más de un mes que el tema de las lenguas originarias de nuestro país causó cierta polémica y se ha discutido, mucho más que en el pasado, la trascendencia política de un tema tan complicado.

Gracias a ello, hemos podido constatar que cada persona tiene sus propias ideas sobre la lengua basadas en su experiencia como hablante o a factores sociales y que sus aportes son valiosos para lograr una crítica más abarcadora de la realidad lingüística que nos rodea.

Todos tenemos algo que decir sobre este tema; de esta manera, como en su momento los miembros del Comite Editorial de este blog nos manifestamos como estudiantes de Lingüística y como ciudadanos, esta vez ha sido el turno de los profesores de la Sección Lingüística de la Pontificia Universidad Católica del Perú que han escogido el periódico de este centro de estudios para publicar su pronunciamiento llamado “Derecho a usar libremente la propia lengua”, al cual se puede acceder, en su versión electrónica, cliqueando
aquí. De la misma forma, agradecemos a nuestros docentes por la mención que hacen en dicho comunicado sobre el Pronunciamiento que emitimos días atrás y resaltamos su importancia en un momento en el que la opinión de los especialistas adquiere una relevancia política.

Queremos agradecer una vez más sus visitas y comentarios, ya que, como dijimos en un primer editorial, este proyecto es también suyo. Esperamos que nos visiten esta semana para seguir discutiendo sobre la lengua y su función en la sociedad.

Sofía Marín - Comité Editorial
Agrupación 6minutos

domingo, 7 de octubre de 2007

martes, 2 de octubre de 2007

Editorial

Hola a todos:

Durante la semana pasada la profesora Virginia Zavala, sociolingüista reconocida en nuestro medio, nos facilitó su artículo completo “Lenguas sí, hablantes no” que fuera publicado el pasado domingo 23 de septiembre en el suplemento “El Dominical” de El Comercio. Este artículo nos permite reforzar el tema de lenguas originarias, los invitamos a leerlo.

Por otro lado, esta semana profundizaremos en la viabilidad de las leyes de lenguas en nuestro país y en los mensajes subyacentes en el discurso de discriminación lingüística; por ello, publicaremos dos entrevistas: la primera a la profesora Virginia Zavala y la segunda a Nila Vigil, otra lingüista que ha abordado el tema de manera profunda en su blog.

De esta manera, pretendemos contribuir a la discusión sobre un tema tan importante en el área lingüística y en la agenda política nacional; además, resulta una forma dinámica de acercarse a un tema tan vigente que, como bien enuncia Virginia Zavala, tiene más relación con los hablantes que con las lenguas de que se trate.

Desde ya les recordamos que sus comentarios son bienvenidos y esperamos que disfruten con las publicaciones de esta semana.

Saludos

Laura Arroyo Gárate - Comité editorial
Agrupación 6minutos