jueves, 31 de enero de 2008

Variación social

Por Paloma Pinillos

Al igual que en el aspecto geográfico, en el aspecto social, se puede reconocer diferencias en la forma del habla. La variación social o diastrática reconoce las distintas características en el habla según los estratos socioculturales, como la edad, cultura, género, profesión, entre otros, dentro de una comunidad lingüística.

Como se mencionó en el artículo ‘Mirada somera a la variación lingüística’, debe recordarse que estos distintos criterios dados dentro de la variación social son utilizados con una finalidad descriptiva, este intento por representar lo que sucede con la lengua en la dimensión social se basa en el conocimiento del mismo hablante. Veremos que esta complejidad de criterios traen consigo, muchas veces, el encasillamiento de determinados estereotipos respecto de las maneras de habla, como, por ejemplo, catalogar a un determinado modo de hablar como culto, mientras que a otro se le cataloga como vulgar.

Coseriu da a conocer a la lengua no como un sistema sino como un diasistema (véase artículo de Variación geográfica); por tanto, vendría a ser “… un conjunto más o menos complejo de “dialectos”, “niveles” y “estilos de lengua” (Coseriu, 1964). Esta diversidad interna que posee la lengua se guía bajo las variedades diafásica (situacional), diatópico (geográfica) y diastrática (social). Como hemos notado en líneas anteriores, en esta oportunidad, se hablará de la variación diastrática.

Esta variedad involucra el nivel sociocultural de cada hablante, la mentalidad del mismo, la cual, a la vez, comprende el espacio generacional en el que se desarrolla, además del género al que este pertenezca o al grupo de personas con el que se relacione con frecuencia, como, por ejemplo, en el trabajo. Es decir, son las diferentes características que cada hablante posee, conjuntamente con sus creencias y que dependen del grupo social con el que esté relacionado. Como grupo social, se va a entender al grupo de gente que comparta los mismos intereses, género, nivel económico, nivel educativo, edad, etc.; cada uso determinado, dependiendo del grupo social, se llamará sociolecto o variedad social.

Por ejemplo, socialmente se reconocen maneras ‘distintas’, por así decirlo, de habla entre un niño de 10 años y un adulto de 50 años. No es que manejen distintas lenguas; ambos se entenderán; sin embargo, cada uno tendrá sus propias características al momento de hablar, por ejemplo, al expresar emoción frente a una situación, el niño podría decir “qué paja”, mientras que la persona adulta probablemente diría “sensacional" o "fabuloso”. Ahora, el sociolecto no se debe confundir con el idiolecto, concepto que permite describir las características propias de cada hablante en particular, como palabras determinadas o frases particulares.

Como fue mencionado, el uso de las diferentes características y criterios en el habla traen consigo determinados estereotipos, como el basarse en algunas características o particularidades en el habla para llamar a la misma culta o vulgar. Se llamaría sociolecto “culto” el que manejen las personas de mayor nivel sociocultural, económico y educacional; en cambio se llamaría sociolecto "vulgar" o "popular" al que se encuentra vinculado con estratos inferiores, a aquel que no comparte alguna relación estrecha con la norma culta. Por ejemplo, que una persona diga "de mi hermano su carro" será reconocido socialmente como inferior educacional y socioculturalmente, ya que no sigue la norma mencionada anteriormente. Se reconoce, por tanto, una falta de prestigio dentro del habla; tal situación se origina porque aquellos que utilizan este sociolecto pertenecen a un grupo reducido, no poseen un grado de estudios o provienen de un estrato sociocultural bajo y son considerados como "menos" o "inferiores" a los que sí comparten rasgos vinculados a la norma "culta".

Este tipo de norma va a ser muy útil cuando se desea enseñar un idioma determinado a un extranjero, ya que lo que se quiere transimitir al aprendiz es el idioma "estándar", con una menor cantidad de jergas o palabras alteradas; sin embargo, debe enfatizarse el hecho que las lenguas tienen como prioridad la comunicación; cada uno de los sociolectos comportan internamente la misma complejidad; guiarnos estrictamente por aspectos lingüísticos que no se ajusten a la norma no es mayor razón para llamar culta a una e inferior o ‘menos’ a otra.

Uno puede darse cuenta diariamente que se vive discriminando a personas que no comparten las mismas características en el habla a las que uno se encuentra acostumbrado; de la misma manera, se asume que ese modo de hablar es incorrecto, sin tomar en cuenta que existe una gran diversidad dentro del habla, la cual se encuentra determinada por diferentes aspectos, lo cual configura un entramado más complejo de modos de habla.

jueves, 24 de enero de 2008

Variación geográfica

Por Lucho Hildebrandt

A lo largo de nuestras vidas hemos escuchado la palabra ‘dialecto’ entendida como una forma de lengua inferior. Incluso en las noticias, muchas veces, se han escuchado frases como “el quechua y otros dialectos”, “en la selva del Perú hay muchos dialectos”, o cosas como que los dialectos son lenguas con muy pocos hablantes, rudimentarias o de muy poca importancia. Sin embargo, estas afirmaciones resultan, no solo inadecuadas en cuanto al uso del término, sino, más allá de eso, prejuiciosas y discriminatorias (ver el artículo “El clásico: lengua vs. dialecto”) .

Llamar lengua al español, con más de 400 millones de hablantes nativos, es tan válido como llamar lengua al quechua, con 9-14 millones de hablantes, o al resígaro, lengua amazónica de Loreto con menos de 20 hablantes.

Entonces, ¿a qué llamamos dialectos? Como fue mencionado en el artículo anterior, las variedades lingüísticas ocurren en una lengua en diversos niveles, en otras palabras, las lenguas son ‘diasistemas’, es decir, conjuntos de sistemas, cuyos elementos interactúan entre sí. Un criterio para agrupar a estos sistemas, y al que nos referiremos en estos breves párrafos, es el geográfico o diatópico.

A pesar de que el español tiene cerca de 400 millones de hablantes nativos, somos capaces de reconocer diferencias en la forma de hablar el español dependiendo del espacio geográfico que ocupan estos hablantes. Así, podemos diferenciar el español hablado en el Perú del hablado en España o el hablado en Argentina. De la misma manera, podemos diferenciar un español hablado en la costa del Perú de uno hablado en la sierra o en la selva. Aunque todas estas son formas de la misma lengua, cada una es determinada por factores geográficos. A estas formas se les llama dialectos de una lengua.

Sin embargo, las diferencias entre los dialectos van más allá de diferencias lingüísticas, ya que cada dialecto goza de una determinada valoración, en algunos casos, positiva; en otros, lamentablemente, negativa. Así, cuando escuchamos dialectos como el argentino, que es muy distinto en su construcción morfológica a la mayoría de los demás dialectos, nos parece normal, agradable e incluso correcto, aunque escuchemos conjugaciones verbales como “vení” en lugar de “ven”, “tenés” en lugar de “tienes” o “sos” en lugar de “eres”. Sin embargo, redundancias en la construcción sintáctica como las de posesión “de mi mamá su casa” (propias de algunas zonas del castellano amazónico) o “mi casa de mí” (propias de algunas zonas del castellano andino) nos parecen, en muchos casos barbarismos o aberraciones de la lengua española, sin tomar en cuenta que, en el español, por ejemplo, existen construcciones redundantes que son consideradas correctas, como es el caso de la doble negación “no vino nadie”, “no hay nada” (en las cuales “nadie” y “nada” llevan consigo un valor negativo de por sí).

Estas valoraciones, positivas o negativas, están dadas en función al prestigio que tiene un determinado dialecto, ya sea por razones políticas, sociales, económicas, etc. mas no por razones lingüísticas. El uso del dialecto argentino corresponde a un determinado sector social considerado más prestigioso que el sector social que utiliza la redundancia posesiva, además de que el dialecto argentino es considerado el ‘estandar’ de un país, por más que se aleje de los usos más comunes en cuanto a la conjugación verbal.

Lingüísticamente cada dialecto es tan válido como cualquier otro, y corresponde al uso de una determinada comunidad y cultura. Su uso corresponde a factores históricos y a la propia evolución natural de la lengua (expansión, contacto con otras lenguas, usos innecesarios para una comunidad, aparición de nuevos usos, etc.). Así como el Latín en su momento fue cambiando hasta darle forma a las lenguas romances, entre ellas al español, éste también varía de manera natural, ajustándose a las necesidades de sus hablantes.

Como se puede ver, las lenguas no son tan homogéneas como se cree, sino que están conformadas por partes más pequeñas, llamadas dialectos, los cuales corresponden a los usos de determinados grupos de habla de una lengua. Las diferencias entre estos dialectos no son ni desviaciones, ni barbarismos, y mucho menos aberraciones de la lengua histórica, sino simplemente variedades de esta determinadas por espacios geográficos, que responden a las necesidades comunicativas de cada grupo de hablantes.

martes, 22 de enero de 2008

Editorial 22 de enero

¡Hola!

Durante esta semana, continuaremos con el tema de variedades, el cual es tratado y exlicado muy detalladamente en el video "Los castellanos del Perú", colgado en la editorial anterior (si no lo han visto, les recomendamos lo vean).

Agradecemos también los comentarios atribuidos al video; nos alegra que este haya permitido identificarse con la problemática y dar cuenta de la intensa discriminación por la que el país pasó, pasa y, probablemente, continuará pasando. Esperamos que este tipo de trabajos, que muestran la realidad de nuestra nación, permitan abrir los ojos a las personas que aún juzgan a quienes no comparten las mismas características de habla.

Finalmente, e intentando responder la pregunta de José Alejandro, la convivencia de las lenguas depende de las personas, de los hablantes, ya que las variedades parten de cada uno de ellos. Ahora, ¿cómo hacemos que esto se logre? Tomaré las palabras del profesor X de los X-men, cuando intenta explicar el por qué de la discriminación entre los "humanos" y los "mutantes": 'los humanos no son malos, solo están mal informados'; sin ánimos de burlarme, cuando escuché esta frase, además de alabar al profesor X, pensé lo siguiente: "las lenguas y sus variedades sufren lo mismo, discriminación por parte de las personas debido a la falta de información que se tiene respecto de las mismas". Queda en nosotros dar a conocer esa información.

Esperamos continúen los comentarios y colaboraciones.

¡Saludos a todos!

Paloma Pinillos - Comité Editorial

Agrupación 6minutos

martes, 15 de enero de 2008

Editorial 15 de enero

¡Hola amigos!
Esta semana continuaremos con el tema de las variedades lingüísticas, por ello ponemos a su disposición el video de "Los castellanos del Perú" realizado por Jorge Iván Pérez, Virginia Zavala y Roberto Zariquiey. Les recomendamos que lo vean, ya que resalta aspectos interesantes sobre la realidad lingüística nacional.


Además, abajo podrán encontrar el programa del Coloquio Internacional: Investigaciones en Lingüística Amerindia y la información del evento. ¡Se los recomendamos!

¡Saludos a todos!

Lucho Hildebrandt - Comité Editorial

Agrupación 6minutos

lunes, 14 de enero de 2008

Coloquio Internacional: Investigaciones en Lingüística Amerindia


por Paloma Pinillos

Programa

“El discurso jaqaru y sus precisiones morfosemánticas en los verbos”
Yolanda Nieves Payano Iturrizaga

Universidad de Nacional San Andrés, La Paz-BOLIVIA


“El interés del estudio por las lenguas amerindias peruanas: la labor de la expedición etnolingüística polaca”
Miroslaw Rajter


Instituto de Lingüística, Universidad de Adam Mickiewicz, Poznan-POLONIA


“(Investigaciones actuales en el quechua)”
Félix Quesada

Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Lima-PERÚ

Entrada Libre

Preguntar por certificación

ORGANIZADORES

Manuel Conde Marcos
-Director de la EAP. Lingüística
Sabino Pariona
-Director del Dpto. Lingüística
Justo Raymundo Casas Navarro
-Profesor del Dpto. Lingüística

INFORMACIÓN DEL EVENTO

Lugar: Unidad de Postgrado de la Facultad de Letras y Ciencias Humanas UNMSM
Hora: 5.00 p.m.
Fecha: martes 22 de enero del 2008

Inscripción:
Escuela Académico Profesional de Lingüística-UNMSM
Av. Venezuela s/n
eaplin@unmsm.edu.pe

Unidad de Postgrado de la Facultad de Letras y Ciencias Humanas-UNMSM
Miraflores
upg_l@hotmail.com / upglet@unmsm.edu.pe
Telf. 4458307

*Información gracias a los Centros de Estudiantes de la PUCP y la UNMSM

jueves, 10 de enero de 2008

Mirada somera a la variación lingüística

Por: Geraldo Flores Suárez

Desde la infancia, las personas escuchan e interiorizan que hay una sola manera de hablar. Frente a cualquier palabra o enunciado que no suene 'aceptable', muchas personas reaccionan diciendo que esa no es forma de hablar y que se debería decir de otro modo. Por ejemplo, cuando una persona pronuncia: “De María su perro”, se produce una reacción de un grupo de personas que consiste en censurar inmediatamente tal expresión, pues la 'correcta' sería “el perro de María”. En ese sentido, la concepción que hay sobre la corrección en la lengua se debe a razones de distinta índole, entre las que están el prestigio, el poder, los prejuicios, la valoración social de una variedad lingüística sobre las demás, etc. En el presente artículo, se explorará la variación, es decir, se buscará explicar por qué esas modificaciones en los modos de hablar son naturales a la lengua y no son 'desviaciones', ni modos 'incorrectos'. Por otro lado, queda para ser explicado más adelante el porqué hay una valoración social sobre una variedad específica; el presente artículo abordará solo las razones que dan lugar a la variación lingüística.

La variación en las lenguas ocurre en distintos planos e influye en lo que los especialistas denominan “cambio lingüístico”. Ocurre en diversos planos, porque se evidencia, en primer lugar, de manera histórica; es decir, el paso del latín vulgar al romance primitivo y de ahí al español, por ejemplo, evidencia que la lengua varía a través de un largo período de tiempo de manera natural; por esta razón, no decimos, en este momento específico, que el castellano es una manera 'corrupta' de hablar el latín, aunque sí lo pensaron los primeros hablantes del romance que originó el castellano. Si retrocedemos en el tiempo, el protoindeuropeo experimentó las suficientes variaciones para formar todas las subfamilias de lenguas a las que dio lugar, entre ellas la rama latina que dio origen al castellano o la rama germánica que dio origen al alemán o al inglés.

Sin embargo, estas variaciones no son solo rastreables a través de una línea de tiempo, sino que se pueden evidenciar en un punto determinado de ese continuum temporal; en otras palabras, si ubicamos un punto específico del tiempo y lo vinculamos directamente con los modos de hablar una lengua en ese instante, se puede decir que se está describiendo la variación de un modo atemporal, pues no se atiende al proceso de cambio que hubo en las lenguas, sino a la variación que hay dentro de una lengua en un punto en el que no hay un “antes” o un “después”, sino solo un “ahora”. Tal asociación y tal descripción parecen constructos artificiales y, en alguna medida, lo son, pero son útiles porque permiten ordenar ese complejo objeto de estudio que conforma la lengua y caracterizarlo de mejor manera.

Dentro de ese punto estático de la sucesión temporal, se pueden identificar variaciones que se vinculan con tres planos distintos. A continuación, se enunciarán, de manera bastante general, los factores que determinan la configuración de estos tres planos en una lengua específica. Sin embargo, es importante aclarar que estos van a ser explicados con más detalle en los tres siguientes artículos de esta sección. La variación en ese punto del tiempo, a la que los especialistas denominan variación sincrónica, está caracterizada por operar dentro un lugar específico, dentro de grupos sociales pertenecientes a ese lugar y dentro de situaciones en las que influyen los dos planos anteriormente mencionados [1] . En ese sentido, se configuran espacios variacionales en los que se evidencian los distintos modos de una lengua (“estrategias de verbalización”) que utilizan los hablantes de una lengua específica [2] . Cada uno de uno de estos planos configura modos de una lengua que son lo que los lingüistas denominan genéricamente con el nombre de “variedades lingüísticas”.

El factor que determina la variación geográfica, y resulta redundante el decirlo, es el lugar, al cual se le asocia un conjunto de estrategias de verbalización propias de ese sitio. Los factores asociados con la variación social conforman un entramado complejo de criterios que sirven para caracterizar a estos modos de hablar como la clase social, el género, la edad, el grupo profesional u ocupacional, el grupo cultural, etc. Sin embargo, en este punto, es necesario acotar que estos criterios son usados con fines descriptivos y se basan en el conocimiento de los hablantes acerca de estas estrategias; como en todo la ciencia, estos criterios implican un riesgo, pues se puede caer en descripciones estereotipadas de la sociedad; en ese sentido, es necesario establecer entonces que estos criterios parten de las creencias de los hablantes y, por lo tanto, describen valoraciones de estos mismos. Por último, el factor vinculado con la variación situacional es la formalidad o informalidad de una situación comunicativa concreta.

Se ha visto que la variación es algo que está vinculado con la lengua en distintos planos y que no es ajena a ella, o 'no natural', sino que es una característica obligatoria de las lenguas. Al principio de este pequeño artículo quedó suelta la pregunta sobre la existencia de una variedad que los hablantes consideran como la mejor; esta es una pregunta que es sumamente compleja y cuya respuesta va a ser abordada en un conjunto de artículos entre los que se encuentran aquellos que abordarán los distintos tipos de variación lingüística; sin embargo, va a ser necesario hurgar un poco más en la teoría del lenguaje para poder entender a cabalidad la compleja respuesta que apenas se ha comenzado a esbozar en el presente texto.
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[1] Coseriu, Eugenio (1979) Principios de semántica estructural. (Págs 118-124) Madrid: Gredos
[2] Coseriu, Eugenio (1981) Lecciones de lingüística general. Madrid: Gredos
Cap XI: Lengua funcional

martes, 8 de enero de 2008

Editorial 08 de enero 2008

¡Hola amigos de im.verbe!

Primero que nada quisiera disculparme a nombre de todo el Comité Editorial por nuestra ausencia de poco más de un mes. Los exámenes finales y las fiestas nos impidieron continuar de manera regular con el blog, sin embargo, con el comienzo de este nuevo año 2008, regresamos listos para seguir trabajando.

Durante las siguientes semanas estaremos tratando el tema de las variedades lingüísticas, distinguiendo los distintos tipos que existen y cómo estos se relacionan con la realidad peruana. Esperamos como siempre que los artículos sean de su agrado y que esto permita abrir una interesante discusión sobre el tema.

Los invitamos a participar en el blog con sus comentarios y opiniones y, a la vez, les recordamos que pueden colaborar con nosotros en im.verbe enviándonos los artículos que quieran que publiquemos al mail del 6minutos, ubicado al lado izquierdo de la página principal.

Esperamos empezar esta nueva etapa con el apoyo de todos y que los temas que tratemos en el blog inciten a una discusión saludable y provechosa para todos.

Saludos a todos,

Lucho Hildebrandt – Comité Editorial
Agrupación 6minutos